¿Te sientes libre con la comida?
El mayor logro que he conseguido en consulta es transmitir el placer de disfrutar la comida nutritiva (y conseguir que mis pacientes comprendan la diferencia entre el placer y el mero acto de engullir). Las prohibiciones sólo aumentan nuestro deseo de comer compulsivamente. Si te sientes identificado debes comenzar a conectar contigo mismo de nuevo: intenta distinguir qué cantidad te corresponde, qué frecuencia es la óptima para ti, cómo es la mejor forma de consumo, etc.
Si sientes que no tienes hambre de verdad comprenderás que comer no te hará sentir mejor ¿Qué hacer en este caso?
- Lee: Cualquier tipo de lectura que te agrade (novelas, poesía, mangas, en formato de papel o digital, las opciones son infinitas).
- Sal de casa: Respira aire fresco, muévete, pasea (a veces, sólo sacar la cabeza por la ventana ya nos da un respiro).
- Busca un entretenimiento: pinta, cose, escribe, limpia, medita… hay miles de actividades que podrán aportarte esa paz que buscas.
- Habla: Llama a tus amigos o seres de confianza y charla un ratito con ellos.
- Practica algún deporte: No, nunca es tarde para empezar.
Generalmente, el hambre que no es fisiológica aparece porque no sabemos escuchar a nuestras necesidades emocionales, por tanto, no se sacia con comida. Intenta averiguar qué es lo que te provoca ese sentimiento para poder sentirte bien de nuevo. Lee esta entrada si quieres saber más.
Cuánto más libre es tu dieta, más libre eres tú. ¿A qué esperas para ser Delicious?
Tosta con pan de espelta integral, crema de cacahuete y chocolate con frutos secos y frutos rojos (un capricho).