MEDITERRANEAN BUDDHABOWL

Los nutricionistas hemos sido entrenados para clasificar alimentos en base a su composición nutricional y poder cambiar las proporciones en función a los objetivos de cada paciente. Cada vez que vemos un plato elaborado, se despliega en nuestra mente un abanico de datos y números. 

Viendo la imagen principal, por nuestra cabeza podemos ver algo así:


🥗Las judías verdes son verduras típicas de los meses cálidos y son ricas en fibra, yodo, folatos y vitamina C, con una energía de 37 kcal/100g. 

🥗Las lentejas son legumbres, por tanto son ricas en proteínas y con alto contenido de fibra alimentaria. En cuanto a los micronutrientes, las lentejas son fuente de magnesio, selenio y folatos; con alto contenido de hierro, zinc, potasio, tiamina, niacina y vitamina B6. También cabe destacar su contenido en compuestos fenólicos. 

En torno a 80kcal/100g ya cocinadas. 

🍅Los tomates son ricos en carotenoides y vitamina C. Con. 22kcal/100g. 

🥔Las patatas son carbohidratos ricos en almidón, que podemos optimizar cociendo y enfriando, transformando parte en almidón resistente y convirtiéndose en un gran alimento para la microbiota intestinal (lo que conocemos como “patata prebiótica”). 

Tipos de almidón

Los cinco tipos de almidón

Aprovechando que menciono la patata prebiótica, os voy a describir los diferentes tipos de almidón:

  • Tipo 1. Almidón físicamente no digerible. Se encuentra en estructuras celulares que no logramos digerir: legumbres, cereales integrales o semillas. 
  • Tipo 2. Almidón crudo: patatas crudas y plátano verde. 
  • Tipo 3. Almidón retrogradado: cocinado y refrigerado. 
  • Tipo 4. Almidón modificado químicamente (no es natural). 
  • Tipo 5. Almidón unido a lípidos

Cuando cocinamos y enfriamos pasamos del 2 al 3 y esta nueva estructura no es digerida y queda prácticamente intacta hasta que llega a las bacterias intestinales que sí pueden deshacer este almidón y alimentarse. 

Una vez fría, la patata se puede volver a calentar, aunque mejor por debajo de 130 grados para no deshacer los efectos beneficiosos. 

Recuerda: El mejor alimento para nuestra microbiota está en alimentos naturales sin procesar: frutas, verduras, tubérculos, legumbres o semillas.

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