ELECCIONES ALIMENTARIAS


Esta figura nos explica la relación entre la alimentación y el estado psicológico desde una nueva perspectiva más actual. Las dietas occidentales y las saludables muestran muchas diferencias en la composición y en su influencia sobre la microbiota intestinal, lo que genera cambios en los ácidos grasos de cadena corta.


Las alteraciones en el comportamiento, surgen de alteraciones en el eje microbiota-intestino-cerebro, presumiblemente a causa del patrón dietético elegido. 

Este eje es un sistema bidireccional que une el tracto gastrointestinal con el cerebro. Es un sistema complejo caracterizado por una comunicación neuroendocrina-inmune.


El microbioma intestinal influye en la función del cerebro mediante la modulación de los sistemas inmunitario y endocrino, el eje HPA, las vías de los neurotransmisores y los factores de crecimiento. Las alteraciones de esta red, que incluyen numerosas moléculas y células, pueden ser la base de los procesos patológicos.

Sé el dueño de tus elecciones alimentarias

La comida no debería controlar quién eres o qué sientes acerca de ti mismo porque eso no es natural. Deberíamos ser capaces de escuchar de nuevo a nuestro cuerpo y a nuestra mente y entender qué necesitamos y cuándo debemos parar. Intuitivamente, sería una nutrición suave, respetuosa y equilibrada. Sin juicios ni cárceles, sino libre.

Al final, lo que debemos re-aprender es a ser amables con nosotros mismos y entender la nutrición como herramienta para darle lo mejor a nuestra vida. Alejándonos de un concepto simplista que solo piensa en “dieta” para acercarme a un canon preestablecido de belleza. 

Estar sano tiene una gran variedad de presentaciones y no se reduce a una «talla» universal. Sentirse saludable viene de un equilibrio en nuestro día a día: trabajar, pasear y mantenerse activo a diario (no solo entrenar una hora, sino estar activo a lo largo del día), cocinar y probar nuevas recetas, darnos un tiempo para nosotros mismos y nuestra salud mental, descansar cada noche, pasar tiempo con nuestra familia, salir de vez en cuando, etc.


Son muchos factores los que definen una vida sana y un cuerpo y mente sanos van más allá de una apariencia meramente estética.En realidad, la belleza natural es algo que va de la mano de la buena nutrición.

Salud y nutrición

Salud a través de la nutrición


Los nutricionistas trabajamos enseñando a los pacientes a ser libres y autónomos. Para que cada vez tengamos más gente sana, familias sanas y felices y menos autojuicios por no alcanzar algo que puede que no sea ni real. Se necesita mucho esfuerzo para desaprender lo que la cultura de la «dieta» nos ha programado. 

El intestino y el cerebro tienen una relación intrínseca, por lo que el daño en alguno de estos órganos causará alteraciones en el otro. Los alimentos influyen en el sistema digestivo y en nuestro peso, pero también tienen una relación directa con el sistema inmune y el sistema nervioso.

Es interesante recordar que más del 70% de nuestro sistema inmune se encuentra en nuestro intestino: el intestino es la puerta de entrada a muchísimas enfermedades del mundo actual.

En realidad, no sabemos a ciencia cierta lo que es una «microbiota perfecta» cuando hablamos de nuestro intestino. No podemos afirmar «este microbioma no es correcto», «vamos a compensar esta bacteria que falta por aquí… «. Pero los estudios actuales apuntan a que una dieta mayormente basada en alimentos naturales, favorece una mayor diversidad de bacterias intestinales y esa abundancia y variedad se traduce en una mejor salud. 

Lo que nos cuentan los estudios actuales es que nuestra microbiota intestinal contiene en torno a 100 billones de microorganismos, con miles de especies diferentes de bacterias. Quizá no sabías que la microbiota intestinal puede pesar hasta 2 kg del total de tu peso y tu microbiota es como tu huella dactilar: tan solo 1/3 de nuestra microbiota intestinal es común a la mayoría de la gente, mientras que los otros 2/3 son específicos en cada persona. 

Es por eso que nutrición es más que dieta y cuánto mayor porcentaje de alimentos saludables llevemos a nuestro sistema digestivo ¡Mejor!

Elige bien los alimentos, no te dejes influir

La publicidad, las prisas o las modas… parece que nos empujan a comprar comida ultraprocesada «más fácil/rápida de preparar». Pero ¿qué diferencia hay entre pararte en el stand de pescadería y comprar unas hamburguesas o una bandeja de pescado fresco (suponiendo que hay cola en la pescadería y no quieres perder el tiempo)? Te va a llevar el mismo tiempo cocinar ambas elecciones.

En el caso del pescado fresco, imagina comprar filetes de salmón. No vas a usar aceite en el cocinado porque el propio alimento es y lo vas a comer con calma porque vas a ir apartando la carne de las espinas. La hamburguesa seguramente la cocines con aceite, la comerás en menos tiempo y quizás comas incluso más cantidad. Además, no estás comiendo sólo pescado (salmón 65,5%, merluza 22,5%) ya que los ingredientes también incluyen proteína de soja, fibras vegetales, sal, correctores de la acidez (acetatos de sodio y lactato de sodio), estabilizante (citratos de sodio), dextrosa, aroma, antioxidante(ácido ascórbico) y colorantes (rojo de remolacha y extracto de pimentón): Esto se traduce en un 17% de proteína de las hamburguesas, frente a un 46% del salmón o un 75% de la merluza. 

Si la humanidad ha sobrevivido hasta este siglo sin estos productos será que no son tan indispensables. 

¡Elige alimentos naturales y come bien! 

(Imagen que he adaptado y traducido de: Sandhu K V et al, 2017)

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